Hoy es el día después…
Después de las elecciones del 26J….
Después de mi 62 cumpleaños…
Las elecciones han salido mal para Podemos, en contra de
todo pronóstico. El PP ha ganado con más votos aún que en Diciembre. Todo esto
me resulta incomprensible. Pero no quiero pararme demasiado en desgranar los
resultados electorales. A partir de ahora (y seguramente incluso también hasta
ahora) los de siempre han hecho lo que les ha dado la gana, en su propio
provecho y lo que ellos llaman “democracia” es un mero espectáculo para mantener
las apariencias… Ahora a pactar y a seguir igual como hasta ahora. Triste pero
verdad.
No quiero resignarme, pero estoy cansada y necesito
desmarcarme definitivamente de todo. Volver a lo que es esencial e importante
para mi para no volverme histérica, rancia e insoportable.
Lo de ayer es también un punto de inflexión.
Me acuerdo cuando asesinaron a Miguel Angel Blanco en el
año 1997. Aquella angustia televisada durante tantas horas… Esa saturación de
miedo y terror que nos había invadido a todos. Después de aquel 13 de Julio
dejé de ver la televisión durante muchísimos meses. Me dediqué a mi música, a
mis libros, a escribir… Empezó involuntariamente casi, pero luego se convirtió
en algo muy sanador para mi alma.
Hace mucho tiempo suelo retirarme a la “Cabaña de Rose”
cuando quiero alejarme, relajarme y tener mi paz personal. Suelo ilustrar esos
retiros con fotos de un lugar idílico, una cabaña en un bosque, al lado de un
lago, con un porche, su interior es acogedor y cálido e invita a acurrucarse,
sentirse a gusto.
Muchas personas me han preguntado dónde está esa cabaña…
y normalmente señalo mi corazón y mi frente como contestación a esa pregunta: en
mi corazón y en mi mente. Es mi “hogar” mental cuando quiero alejarme del
mundanal ruido, de la crueldad, de las injusticias, de todo lo malo que ocurre…
Y no es por cobardía, lo hago porque mi alma lo necesita, lo necesita para
mantenerse “a flote”.
Puede que, igual, algún día el destino querrá que me
tropiece con ese lugar tan magico para mi. Cuando lo vea, lo sienta, sabré que
ésa es mi cabaña hecha realidad. Eso ya sería el súmum! Mientras tanto, intento
“decorar” mi vida diaria lo más parecido posible – con detalles de ese lugar
encantador y acogedor. El porche de mi piso ya empieza a tener aires… La vista
tengo que sustituirla todavía con una gran porción de imaginación porque el
patio da a una pared de cemento gris...
Hoy, 27 de Junio de 2016 empieza seguramente otro giro más
en ese camino con tantas curvas que he emprendido desde hace algún tiempo,
cambios, vueltas, retoques… A mis 62 años no puedo permitirme el lujo de perder
el tiempo con tonterías y nimiedades. Posponer lo que me parece importante –
por ejemplo escribir, pintar, restaurar, conversar, emprender etc.etc. – porque
hay que hacer la colada o ordenar el escritorio… Vivir según reglas y horarios
establecidos desde “fuera” y por los demás. Adaptarme siempre al ritmo de los
demás para complacer y así renegar de lo mío, de lo que a mí me gustaría hacer
en realidad. Porque, y eso es la cara menos amable de todo, si no lo hago, me
encuentro con la más absoluta soledad y muy desconectada de la sociedad. Pocas personas comprenden una manera de vida
como ésta. Así que, de vez en cuando hay que bajar del monte… dejar la cabaña…
De momento estaré en mi cabaña cuanto más tiempo posible
mejor. La dejaré únicamente para cosas que me pueden aportar algo para mi
bienestar – por ejemplo mi curso de restauración de muebles, ir a ver a mi
familia, amig@s (si ellos no vienen a verme a mi…) y nada más.