lunes, 27 de junio de 2016

El día después...

Hoy es el día después…
Después de las elecciones del 26J….
Después de mi 62 cumpleaños…

Las elecciones han salido mal para Podemos, en contra de todo pronóstico. El PP ha ganado con más votos aún que en Diciembre. Todo esto me resulta incomprensible. Pero no quiero pararme demasiado en desgranar los resultados electorales. A partir de ahora (y seguramente incluso también hasta ahora) los de siempre han hecho lo que les ha dado la gana, en su propio provecho y lo que ellos llaman “democracia” es un mero espectáculo para mantener las apariencias… Ahora a pactar y a seguir igual como hasta ahora. Triste pero verdad.
No quiero resignarme, pero estoy cansada y necesito desmarcarme definitivamente de todo. Volver a lo que es esencial e importante para mi para no volverme histérica, rancia e insoportable.

Lo de ayer es también un punto de inflexión.
Me acuerdo cuando asesinaron a Miguel Angel Blanco en el año 1997. Aquella angustia televisada durante tantas horas… Esa saturación de miedo y terror que nos había invadido a todos. Después de aquel 13 de Julio dejé de ver la televisión durante muchísimos meses. Me dediqué a mi música, a mis libros, a escribir… Empezó involuntariamente casi, pero luego se convirtió en algo muy sanador para mi alma.
Hace mucho tiempo suelo retirarme a la “Cabaña de Rose” cuando quiero alejarme, relajarme y tener mi paz personal. Suelo ilustrar esos retiros con fotos de un lugar idílico, una cabaña en un bosque, al lado de un lago, con un porche, su interior es acogedor y cálido e invita a acurrucarse, sentirse a gusto.
Muchas personas me han preguntado dónde está esa cabaña… y normalmente señalo mi corazón y mi frente como contestación a esa pregunta: en mi corazón y en mi mente. Es mi “hogar” mental cuando quiero alejarme del mundanal ruido, de la crueldad, de las injusticias, de todo lo malo que ocurre… Y no es por cobardía, lo hago porque mi alma lo necesita, lo necesita para mantenerse “a flote”. 
Puede que, igual, algún día el destino querrá que me tropiece con ese lugar tan magico para mi. Cuando lo vea, lo sienta, sabré que ésa es mi cabaña hecha realidad. Eso ya sería el súmum! Mientras tanto, intento “decorar” mi vida diaria lo más parecido posible – con detalles de ese lugar encantador y acogedor. El porche de mi piso ya empieza a tener aires… La vista tengo que sustituirla todavía con una gran porción de imaginación porque el patio da a una pared de cemento gris... 

Hoy, 27 de Junio de 2016 empieza seguramente otro giro más en ese camino con tantas curvas que he emprendido desde hace algún tiempo, cambios, vueltas, retoques… A mis 62 años no puedo permitirme el lujo de perder el tiempo con tonterías y nimiedades. Posponer lo que me parece importante – por ejemplo escribir, pintar, restaurar, conversar, emprender etc.etc. – porque hay que hacer la colada o ordenar el escritorio… Vivir según reglas y horarios establecidos desde “fuera” y por los demás. Adaptarme siempre al ritmo de los demás para complacer y así renegar de lo mío, de lo que a mí me gustaría hacer en realidad. Porque, y eso es la cara menos amable de todo, si no lo hago, me encuentro con la más absoluta soledad y muy desconectada de la sociedad.  Pocas personas comprenden una manera de vida como ésta. Así que, de vez en cuando hay que bajar del monte… dejar la cabaña…
De momento estaré en mi cabaña cuanto más tiempo posible mejor. La dejaré únicamente para cosas que me pueden aportar algo para mi bienestar – por ejemplo mi curso de restauración de muebles, ir a ver a mi familia, amig@s (si ellos no vienen a verme a mi…) y nada más. 

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