sábado, 16 de julio de 2016

Quiero esas tetas!!!





Llega ese momento cuando te miras en el espejo y tus pechos ya no son lo que eran.

La gravedad, el deterioro de los años, las huellas de mil vivencias. Me miro. Los míos tienen un aspecto muy particular. Uno parece una pasa reseca y el otro está vencido tanto por la gravedad que está más en el hemisferio sur que en este lado del globo terráqueo.

sas amigas mías hablaran de lo que hemos vivido en estas seis décadas juntas...

Me acuerdo cuando empezaban a brotar en mi pre-adolescencia y mi madre y yo fuimos a comprar el primer sujetador. Esa sensación rara de empezar una nueva etapa en mi vida, estrenar una prenda desconocida hasta entonces.
Luego, ya en la juventud, lucían preciosas y con alegría. Empezaron a conocer la magia que podían hacer al dejarlas entrever un poquito debajo de mis blusas hippie…
Y después ya conocieron los primeros placeres de las caricias fugaces de manos casi siempre inexpertas de jóvenes pretendientes, que se tornaron con los años en gozos más sublimes en noches de pasión con el hombre amado y amante.
También han conocido otros gozos. Como sentir el hijo recién nacido colocado en el vientre y que – él con los ojos muy abiertos -  iba reptando como un animalillo buscando los pechos para alimentarse por primera vez. Y, cuando por fin llegaba, movía la cabecita de un lado a otro y se enganchó con una voracidad casi sensual.
También han conocido sombras. Como un tumor, hace más de una década y por culpa de su tratamiento de aquel entonces está ahora mi pecho derecho como una pasa reseca. Ay…
Al principio lucía solo una cicatriz sexy y me gustaba. Me daba la categoría de “vencedora”, de “guerrera”. Pero con los años, las consecuencias de la radioterapia la han hecho encoger y eso ya no le confiere esa categoría tan gloriosa, y yo diría – ahora está mas bien penosa.
Pero – ¡esto va a cambiar dentro de unos días! Hoy me han tomado medidas y me van a operar para lucir unos pechos nuevos. ¿A mi edad? Pues si, lo mío no es la resignación. Quiero lucir escote y canalillo, quiero sentirme bien conmigo misma. Quiero ser atrevida y algo descocada – tener ese “look cha-cha-cha” como canta Miguel Bosé a su Nena, porque creo que me las merezco con creces.
¡Quiero esas tetas!
14.7.2014 en la puerta del Hospital

Por cierto, me parece que no lo he mencionado.
Me operan de un cáncer de mama y me reconstruyen el pecho. El tumor está localizado, me harán una mastectomía con reconstrucción. El cáncer se combate. Y los pechos se lucen.
¡Porque quiero VIVIR
(Columna publicada en el número de Julio 2014 de la revista "VIVIR")



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